El computador de escritorio o por lo menos un lugar donde se pueda trabajar idóneo para una laptop eficaz, podrían colaborar a hacer todo con más confortabilidad que una computadora portátil sin nada más.
Generalmente no me cuestionan por asesoría sobre aspectos muy prácticos, sino personales. “¿Cómo hago para bloquear a mi patrón en Twitter?” “¿Cómo hago para recuperar un e-mail que apenas mandé a mi ex novia?”
La cuestión más habitual es: “¿Qué portátil necesito comprar?” Creo que eso es como interrogar qué pan debo escoger para mandarle a mi niño de kinder. Me agradaría responder al afrontar el caso de que aquello es únicamente lo que venden. Deja de lado la idea del ordenador portátil, ¿has pensado en un ordenador no portátil?
Hasta en el medio móvil, soy un entusiasta de la mesa fija para el ordenador o cuanto menos un espacio bien provisto. Entiendo lo anticuado que se escucha. No tenemos para que excusar a las laptops, que ahora suponen el 80% del sector de dispendio, en voz de la empresa de investigación de mercado IDC, y siguen estando, con mucho, la mejor manera de currar día al día. Pero es sumamente sencillo relegar que hasta los mejores laps siguen en riesgo consustancial.
Voy a ir un tanto más adentro: No solamente los equipos de sobremesa brindan un desahogo y provecho a precios más razonables, de todas formas en este planeta enganchado a la web, son explícitamente más importantes. Mi posibilidad de iniciar un documento (o retrato o un libro o película) en la compañía, quiere decir que me encuentro este momento poco conviviendo con una laptop que nunca antes. Me parece que la computadora fija ha caminado un prolongado sendero en la estética y la comodidad. Y en la actualidad, cuando se afana con un monitor enorme y enérgicas, es problemático volver a las chicas acciones de laptops. Sin embargo como usualmente digo, cada quien define sus propias necesidades
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