Hace unos años, nadie soñaría con introducir el tema de los desechos en una comida. Ese era entre los temas que estaban externamente de los límites. No voy a mencionar a ningún de los otros que estaban en esa índole, porque muchos de ellos siguen siendo tema prohibido.
Las cosas han evolucionado por medio de las temporadas, y sobre todo que la basura. El sistema ha ido evolucionando a lo largo de los años. Ciertas personas pueden conmemorar en el momento que los camiones recogieron el material y lo llevaron a uno de dos lugares, ya sea la cloaca o bien el incinerador.
No hay más vertederos o bien incineradores. La cloaca se ha transformado en un vertedero y el incinerador se ha retirado en la mayoría de las comunidades debido a su salida de humos nocivos. Los auténticos especialistas no utilizan el restos como un término parteaguas. Basura, el término concreto, en general se guarda para la materia más descuidada, el más pésimo, más horrible, más cochambroso, más sucio. Todos nos encontramos familiarizados con él, participamos en su generación, pero ninguno está presto a tratar con él. Los demás materiales que encajan bajo el exordio general de el excremento, pero se consideran más benignos y menos objetables se llaman basura, escombros o bien algún término similar.
Hoy que hemos sacado la semántica de el resto afuera del paseo, es importante estimar cómo el tema surgió como un tema que actualmente se discute tan a menudo. Es debido a los contendeores parra desechos que se promulgan como el procedimiento de elección con el que el transporte de basura del corral a el bordillo. No es ciertamente un método, es más como un vehículo, un fornido, pesado de goma de dos ruedas de vagones con una cobertura con bisagras que es prohijado por muchas comunidades como una forma sanitaria de acopio hasta la recolección. Lo llaman un totalizador, ” mas no mucha gente elegiría este procedimiento por su su peso y bulto.
Los almacenadores son un tema esencial en mi comunidad, donde ahora se han distribuido a cada hogar. La altura dilecto es 95 galones, aun es factible negociar en ese tamaño estándar para uno más pequeño, casi 65 galones. La aparición de los totes va a traer coincidencia al día de recolección en todos y cada bloque. Cada hogar va a tener un totalizador congénere en la acera, más que una mezcla de los envases de diferentes formas y de las cosechas. El pasado día conduje por una vía en la banda occidente y pasé bloque tras bloque de contenedores de desechos idénticos. ¿No es reconstituyente saber que los desperdicios domésticos se tratan de tal forma?
Como es natural, la distribución de los envases requiere una evaluación inmediata de los contenedores existentes. Mi depósito más grande es actualmente de 35 galones y que generalmente ha sido suficiente, mas ¿cómo podría censurar un gigante de 95 galones? ¿Han considerado las autoridades si la posesión de semejante capacidad alentará a los usuarios a crear aún más basura?
En mi caso, me percato de que deberé abandonar ciertos contenedores que han estado conmigo mientras muchos años. Tengo cierta experiencia en esa comarca, y ha sido reveladora. Uno de los objetos más deprimentes para librarse es una vieja bazofia. Sé que suena extraño, pero es cierto. Todavía tengo algunas latas viejas de puñal que adquirí o bien heredé hace años, contenedores utilizados exclusivamente para restos de floresta. Estos son especímenes que son más notables por sus abolladuras y su moho, pero tienen costo utilitario.
En algun momento intenté de deshacerme de una lata de esta forma. La puse vacía el día de recolección, poniéndome de lado. No lo aceptaron. El siguiente día siguiente escribí una nota sobre un cacho de papel anaranjado en tinta roja y la grabé en el arista de la lata. La nota afirmaba “POR FAVOR TOMAR”. Naturalmente, la lata estaba vacía, pero erguida, con la nota claro. Ese tiempo, ignoraron tanto la nota como la lata. Durante la pausa entre las compilaciones, brinqué de un lado a otro en esa lata, en todos y cada ocasión, procurando machacarla alén del reconocimiento. Sólo me caí dos veces a lo largo del proceso abrumador, mas tuve celebridad en trastocar su apariencia por lo que parecía una pieza abominable de metal mohoso ; en otras palabras, parecía basura. Ocasionalmente debí contratar a un agente fingido para librarme de eso. Los hombres de la basura están aún más tiquis tiquis y más selectivos en la actualidad.
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